Síndrome de Penélope: aceptar la ruptura

UN GRAN NÚMERO de rupturas sentimentales se produce sin que exista posibilidad de regreso o de reconciliación: sobre todo hay que ser riguroso con la verdad. Como en otras ocasiones ya he señalado, esto no es bueno ni malo en sí mismo, únicamente se trata de una expresión de libertad de una o dos personas que no tienen por qué coincidir entre sí necesariamente. Sin embargo, muchas personas se quedan ancladas en el pasado sin darse cuenta que el mundo avanza a su alrededor. Es lo que llamo el síndrome de Penélope.

 

Es más habitual de lo que creemos: muchas rupturas se produzcan dentro de un proceso de diálogo que lleva a un acuerdo entre ambos miembros de la pareja. Es doloroso para quién está menos preparado, desde luego, pero una ruptura sentimental no es algo que se produzca de la noche a la mañana, sino que se da en un goteo incesante de pensamientos y actos que nos van «desenganchando» poco a poco de la pareja. Como digo, es frecuente que este distanciamiento se produzca de una forma similar en ambos miembros, pero no siempre ocurre así.

Me encuentro con ese tipo de casos todas las semanas en mis sesiones de trabajo en el despacho. Me visitan con angustia y urgencia porque, dicen, su pareja les acaba de dejar. Añaden que han estado aplicando el famoso contacto cero, o que han agobiado demasiado con mensajes y llamadas. Mirando con detalle esos casos, descubro que tal vez hace una semana que esa persona se fue de casa, pero en realidad la pareja estaba rota desde hacía mucho tiempo. Ahora le toca al otro, al que sufre la ruptura, desengancharse de golpe, recorrer en unos meses el mismo camino que recorrió el otro quizá en años.

Esto puede ser muy doloroso, efectivamente. Podemos intentar recuperar a esa persona con una consulta o a través del Método K, por ejemplo, y podemos dedicar a ese propósito unos meses de nuestra vida, como ahí queda explicado. Pero pasado un sin obtener resultados positivos, hay que ser realistas con lo que nos ocurre y no quedarnos atrapados en la fase de duelo (puedes ver aquí las etapas de la ruptura de pareja) porque eso sería esperar eternamente la llegada de Ulises, su esposo; como le ocurrió a Penélope, en la Odisea. Penélope esperó durante veinte años.que Ulises regresara de la Guerra de Troya.

Una separación tiende a dejarnos estancados, aturdidos y paralizados. Cuando entendemos que la ruptura se ha producido, hay que poner en marcha cuanto antes los mecanismos de recuperación, y si estos no han funcionado y es evidente que la persona que estuvo con nosotros tiene una vida al margen de la nuestra, hay que seguir adelante, sin lamentaciones; pensando que hicimos todo lo que pudimos para intentar mejorar, pero que esa persona no quiso escucharnos. Es evidente que para eso es necesaria a veces la actuación de un profesional que nos ayude, pero una vez que somos conscientes de que esa persona no volverá, al menos a corto plazo, hay que seguir. Completar las etapas de la ruptura y avanzar en nuestra vida.

En los años de experiencia con mi consulta de psicología del coaching de recupera tu pareja, he atendido a varias personas con el síndrome de Penélope. El más llamativo es el de una mujer madura, María (como siempre, los nombres y referencias personales son ficticias) que llevaba esperando el regreso de su marido de quién se había separado hacía nada menos que cinco años. El hombre vivía desde poco después de la ruptura con otra mujer, pero eso no convencía a María. Ella decía que no se querían y que estaban juntos por pura conveniencia económica. Quizá fuera así, o no, no lo sabemos. El caso es que después de cinco años María seguía esperando que su marido regresara: una evidente seguidora de Penélope. Quizá María tuviera razón en su criterio, quizá, pero esos cinco años los había desaprovechado en un sufrimiento infinito e inútil, y en una parálisis provocada por la idea de que su ex marido no era feliz con su pareja. María no se daba cuenta de que si esto era de algún modo cierto, ella nada podía hacer para que él volviera.

Desde luego que hay que usar un tiempo y una estrategia adecuada para intentar recuperar a tu pareja si, es que ese es tu deseo, yo me dedico a esto mismo. Pero pasado un tiempo hay que tirar la toalla. Hay que ser conscientes de lo que está ocurriendo y aunque nos duela, seguir adelante y empezar a tejer de nuevo nuestro mundo.

Ilustración: detalle Penelope, de Domenico di Pace Beccaumi, hacia 1514. Colección del Seminario Patriarcale de Venecia.

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